El líder de la manada

Tengo que reconocer que aunque no estoy de acuerdo con las técnicas de César Millán, al final siempre acabo viéndolo. Cuando vino a España decidí que quería experimentar de cerca lo que hacía.Compré una entrada VIP porque eso te permitía una ronda de preguntas cuando terminaba el espectáculo; aunque en realidad sólo tuvieron esa oportunidad 3 personas, y luego el Sr. Millán fue escoltado por 4 guardaespaldas tipo Hollywood, que le sacaron de la sala para que todos sus fans no le acosaran reclamando fotos y autógrafos. El show no me sorprendió especialmente, aunque he de reconocer que él tiene un magnetismo y un carisma increíble; hacía tiempo que no me pasaba, tener ganas de que el tiempo con alguien no se acabe; sé que suena raro, pero yo creo que este hombre es "líder" por naturaleza, y no habla del mundo canino, sino del humano.
Después de esto, el viernes me senté frente a la televisión para ver con qué me sorprendía esta vez César Millán, y mi decepción fue precisamente esa, que no me sorprendió en absoluto.El programa me pareció algo aburrido y sin ritmo,  monótono  y poco didáctico; aunque la idea de concienciar a los españoles del gran drama de los perros abandonados es fantástica, y más viniendo de un personaje que es muy influyente para el público que le sigue.
Cierto es que como etóloga, mi idea de solucionar los traumas de un perro, distan mucho de los métodos de César Millán, porque no usa el adiestramiento en positivo, sino la inundación.Es decir,si un perro tiene miedo de algo, le expone a ese estímulo de manera continua hasta que el animal reacciona cada vez menos; el problema de esta técnica, es que en perros abandonados que tienen pasados muy dramáticos, este proceso aumenta el estrés y la ansiedad pudiendo causar mayores problemas a la larga.Es más televisivo así, puesto que hacerlo en positivo requiere mucho más tiempo y los avances son menos espectaculares, pero perdurarán en el tiempo sin que el animal sufra.
Esta es mi crítica, aunque hay muchas más, pero he de reconocer que el final del episodio me ha emocionado, para los que no lo habéis visto, César Millán visita un centro de recogida de galgos de Barcelona, y se cruza con Choco, un hermoso perro gris al que encontraron con una pata fracturada, alambre de espino en el cuello y la boca sellada con cinta aislante. El perro se sintió atraído por Millán, y en consecuencia, él decide adoptarlo para que en su casa sus hijos aprendan que un perro "tullido" puede ser una mascota excelente. Bravo Sr. Millán, esa si es una buena lección de vida!